Como Trabajo

Terapia con Niños, Jóvenes y Adultos

Qué problemas atiendo

Todo aquel que produzca sufrimiento psíquico o malestar físico de tipo psicosomático.

NIÑOS/AS: hiperactividad, déficit de atención, fracaso escolar, enuresis, trastornos del sueño, ansiedad excesiva, baja autoestima, depresión, abuso sexual, baja autoestima, acoso escolar, timidez excesiva, miedos, agresividad, somatizaciones, síntomas obsesivos, retraimiento social, autismo, psicosis…

ADOLESCENTES y JÓVENES: dificultad en relaciones sociales, aislamiento, adicciones, alteraciones alimentarias, crisis vitales, depresión, crisis de ansiedad, fobias, ansiedad excesiva ante exámenes, crisis de angustia, agresividad, somatizaciones, falta de control emocional, obsesiones, identidad sexual…..

ADULTOS: depresión, alteraciones del sueño, crisis de pánico, estrés crónico, duelos, síndrome del nido vacío, crisis vitales, separaciones, fobias, alteraciones sexuales, obsesiones, somatizaciones, baja autoestima, dependencia emocional, dificultad para expresar emociones, enfermedades físicas que afectan al estado de ánimo, cansancio crónico ….

Una primera toma de contacto para conocernos y exponer el problema.

En ocasiones una simple orientación o asesoramiento puede ser suficiente. Si no es así y si el problema es mayor, tras un completo estudio diagnóstico se determina un tipo de intervención.

Las distintas alteraciones que se suelen catalogar con un nombre ( fobia, depresión, crisis de ansiedad, hiperactividad… ) no son categorías homogéneas, aunque compartan síntomas. Cada persona tiene su historia personal y sus características propias e irrepetibles. Me importa conocer profundamente a la persona para que entre los dos podamos construir una terapia también única e irrepetible. Y esto es así igualmente si se trata de un niño/a, de un adolescente o de un adulto.

Las terapias que trabajo tienen una orientación analítica centrada en la búsqueda del origen del malestar. Descubrir cuáles son los peligros internos que nos impiden sentirnos más a gusto con el mundo o con nosotros mismos y de este modo poder controlarlos. Para esto es importante analizar aspectos que se escapan a nuestro control consciente y racional.

Esta línea de trabajo se puede aplicar a terapias breves o de larga duración según sea el caso. También podemos valorar si es necesario algún tipo de apoyo farmacológico.

La finalidad de este tratamiento es el logro de cambios en el comportamiento o en la actitud que permitan un bienestar psíquico, así como una integración de la identidad y adaptación al entorno.